La invención del microscopio en el siglo XVI abrió las puertas del mundo celular a los naturalistas y científicos, quienes rápidamente comenzaron a describir mediante bosquejos y observaciones, muchas veces rústicas y poco acabadas, lo que sus ojos veían: pequeños mundos contenidos en gotas de agua, sangre u otros fluidos, pequeños “animáculos” que habían estado conviviendo con los humanos desde siempre y que sólo ahora se hacían patentes para el común de las personas. Si bien muchos científicos e inclusive aficionados realizaron múltiples observaciones, destacan entre ellos las realizadas por:
- Robert Hooke (1665): acuña el término de “célula” al observar el tejido vegetal muerto del corcho, viendo finas celdillas uniformes en él.
- Anton Van Leeuwenhoek (1675): observa la composición celular de la sangre humana y la describe, además observa “animáculos” formados por una célula en gotas de agua de charco.
- Matthias Schleiden (1837): observó múltiples estructuras vegetales en el microscopio, lo que le permitió generalizar que todas las plantas están formadas por células.
- Theodor Schwann (1839): observó múltiples tejidos animales en el microscopio, lo que le permitió generalizar que todos los animales están formados por células.
- Rudolf Virchow (1858): observó y describió la división celular, notando que a partir de una célula se forman dos nuevas idénticas a su predecesora.
- La célula es la unidad estructural: todos los seres vivos están formados por al menos una célula, independiente de su origen animal o vegetal. En ese sentido, las células deben ser entendidos como los cimientos estructurales de lo vivo, no es posible concebir vida en ausencia del fenómeno celular.
- La célula es la unidad funcional: todos los procesos y reacciones químicas necesarias para que un organismo viva, ocurren al interior de las células, y no en otro espacio. Es decir, el sinfín de transformaciones moleculares de las cuales depende un organismo para su sobrevivencia, llamadas metabolismo, ocurren en compartimientos específicos dentro de las células, y no fuera de ellas.
- La célula es la unidad de origen: toda célula, mediante el proceso de división celular, dará origen a dos células hijas, idénticas en tamaño, forma, contenido y estructura a su predecesora. El mecanismo mediante el cual los organismos definen su continuidad estructural y funcional está determinado por las mismas células.
- La célula es la unidad hereditaria: toda célula contiene la información necesaria para replicar las características propias que definen a un organismo completo. La información que definirá todo aspecto de la vida de un organismo, independiente de su origen animal o vegetal, o del número de células que puedan constituirlo estarán guardadas en un código genético específico, único e irrepetible para cada ser vivo.
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